domingo, 4 de agosto de 2013

De la necesidad de una Ley de Transparencia efectiva y de buen gobierno.

Toda opacidad administrativa y política es gestionada inicialmente con rigor, equidad y buena fe, pero muy pronto el rigor, la equidad y la buena fe dan paso a la flexibilidad, la flexibilidad da paso a la relajación, la relajación a la arbitrariedad, la arbitrariedad a la irregularidad y la irregularidad al delito.

La Casa Real, las administraciones públicas, el Tribunal Constitucional, etc. son organizaciones jurídico-públicas en relación a las cuales la publicidad activa y el acceso a la misma que los ciudadanos deseen debe ser universal y sus límites muy tasados. 
La regla general debe ser la omnicomprensión en el acceso a la información y control de la gestión de lo público.

La regla general debe ser la omnicomprensión en el acceso a la información y control de la gestión de lo público.


Pues, todo ejercicio de limitación de información a la ciudadanía por parte de los poderes públicos supone en definitiva, menos democracia.





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